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Test drive

Prueba Chevrolet Tracker

Analizamos como se ubica el nuevo SUV del moño contra sus rivales.

Prueba Chevrolet Tracker

En Autocosmos fuimos el primer medio del país en probar a la nueva Chevrolet Tracker, solo que bautizada como Trax, nombre con el que se comercializa en México y otros mercados del norte. Ahora vemos cómo se comporta en nuestros caminos en su versión más equipada, LTZ+ 4x4, con caja automática de 6 velocidades.

 

Mecánica y seguridad

La Tracker es un producto global de Chevrolet, diseñado para ser producido y comercializado en diferentes mercados del mundo; en nuestro caso llega de México. Al igual que en sus competidores, Ecosport y Duster, se basa en la plataforma de un modelo compacto, puntualmente del Sonic. Esto implica suspensión delantera McPherson y posterior por brazos arrastrados con barra de torsión, inclusive en la versión AWD, lo que supone un hándicap respecto de sus dos riales que montan sistema multibrazo en sus versiones 4x4.

Mecánicamente, ofrece solo un motor de 1.8L, 16V, 140 CV y 178 Nm a 3.800 rpm. El acople puede ser mediante una caja manual de 5 velocidades o la ya nombrada automática de 6 solo disponible en los modelos 4x4.

En el apartado seguridad, ofrece tres apoyacabezas y cinturones de tres puntos en la plaza trasera. Toda la gama viene con fijaciones ISOFIX y Airbags frontales, pero la versión tope suma laterales y de cortina. Completan el reparto 4 frenos a disco con ABS (todos), ESP y control de tracción (LTZ y LTZ+).

 

Diseño

El primer SUV compacto del moño (al menos para nuestro mercado) llega con un estilo personal que combina los actuales lineamientos globales de la marca con algunos elementos retro. En el primer lado están el capot y la parrilla en forma de escudo, las aristas, las superficies limpias y las zonas redondeadas como el techo. En el segundo se destacan los guardabarros musculosos y de corte anguloso, especialmente los traseros rematados por luces verticales que crean cierto parentesco con el Chevrolet Carryall Suburban de 1935, considerado el primer SUV de la historia.

En la versión LTZ+ rematan las llantas de 18” con caucho 215/55 que se diferencia de los de 16” con cubiertas 205/70ofrecidas en las otras dos versiones.

 

Interior

La cabina de la Tracker es amplia y está mucho mejor construida que los productos de la marca made in Mercosur. Si bien no tiene plásticos suaves, lucen bien, aprovechando correctamente la clásica terminación de Chevrolet en negro y gris. En nuestra unidad contamos con tapizado en cuero de dudoso gusto con la parte central clara y con el práctico sistema MyLink con pantalla táctil de 7” y conexiones USB, Aux y Bluetooth. Además, incluye la cámara de retroceso, pero no ofrece navegador GPS como en algunos de sus competidores.

Las butacas son cómodas, las plazas posteriores espaciosas y el baúl es de 305 L, el más pequeño del segmento, aunque se puede expandir hasta los 735 L, superando marginalmente a la Ecosport. El asiento del acompañante no se reclina completamente, pero a cambio se rebate hacia adelante permitiendo ingresar objetos largos.

 

Comportamiento dinámico

La relación caja/motor de la Tracker funciona bien y de forma fluida, inclusive la respuesta a las pequeñas pisadas de acelerador es eléctrica, sin embargo, cuando hundimos el pedal hasta el fondo, se nota la falta de torque del 1.8L, que necesita buscar la parte más alta del tacómetro para mostrar contundencia. Otro ejemplo es cuando salimos de un semáforo con un poco de apuro, no pasa a 2º hasta después de las 3.000 rpm.

El confort de marcha es muy bueno para un auto chico rodando sobre llantas de 18”. La postura de manejo es alta y regulable con ajuste de altura y profundidad para volante. La visibilidad es buena, con las clásicas restricciones de los autos modernos en las cuatro diagonales. Además, ofrece sensores de estacionamiento y cámara de retroceso, que personalmente cambiaría por unos sensores delanteros.

Llevado con un pie derecho moderado, en ciudad la computadora marcó unos 8.6 km/l promedio, con 6.4 km/l en tránsito muy pesado y 9.0 km/l de noche, con las calles más vacías. En ruta baja el consumo y viaja a velocidades legales con buena serenidad para lo que es un vehículo compacto.

El control de tracción se desactiva pulsando una tecla, y si la mantenemos apretada unos segundos más, también apaga el control de estabilidad, ideal para una conducción más off-road o divertirse en un camino suelto y despejado. Obviamente, la recomendación es dejarlo siempre conectado.

 

Conclusiones

El Tracker llegó para competir en la parte alta del segmento de los SUVs compactos y lo hace bien, con buenas terminaciones, equipamiento y mecánica, a la que solo le faltaría un poco más de torque.

Si estás buscando un modelo más barato, mejor enfocarse hacia la Duster, pero si pensás en algo más elaborado, pelea codo a codo con la Ecosport. Comparada con esta última, la Tracker tiene muchas menos versiones entre las que escoger, pero es la única que combina caja automática y tracción integral, aunque carece de suspensión multibrazo en el caso de la 4x4.

Chevrolet Tracker en detalle

Hernando Calaza / Fotos: Ezequiel Las Heras recomienda