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Test drive

Prueba: Chevrolet Prisma

Analizamos el nuevo sedán compacto del moño y vemos si se destaca en un segmento superpoblado.

Prueba: Chevrolet Prisma

El segmento de los compactos es el más popular dentro de Brasil y Argentina, a tal punto que en los últimos años hemos visto una sobrepoblación de opciones, inclusive dentro de la propia marca. En el caso de Chevrolet podemos contar 5 hatchbacks (Spark, Celta, Onix, Agile y Sonic) y 5 sedanes (Classic, Prisma, Aveo G3, Sonic 4P y Cobalt). Hoy analizaremos al nuevo Prisma, el hermano tres cuerpos del Onix que se posiciona entre el G3 y el Cobalt.

 

Mecánica y seguridad

Técnicamente hablando, el nuevo Prisma es un compacto convencional con suspensiones McPherson adelante y de brazos arrastrados con barra de torsión atrás. Mecánicamente utiliza un 1.4L 8V, que Chevrolet asegura no es el mismo que en el Agile. Aunque ambos tienen la misma cilindrada de 1.389 cc, en el Prisma ofrece 6 caballos más en el mismo rango (98 CV a 6.000 rpm) y 6 Nm extra pero a 400 giros menos (126 Nm a 2.800 rpm). La transmisión es manual de 5 velocidades.

Respecto de la seguridad, esperamos que la estructura sea más resistente que la del Agile, que no performó bien en el Latin NCAP. Una buena noticia es que todos los Prisma (LT y LTZ) cuentan con doble airbag y ABS, aunque sigue adoleciendo de cinturón de tres puntos y apoyacabezas en la plaza central trasera.

 

Diseño e interior

Chevrolet tiene un nuevo lenguaje de diseño global que, hasta ahora, le ha quedado muy bien a las creaciones internacionales y no tanto en las regionales. La dupla Onix/Prisma es la primera pieza de diseño salida de Brasil que -personalmente- reconozco como atractiva. En el caso del Prisma, exagera con la elevada línea de cintura, algo que lo hace lucir algo “culón” con un baúl muy alto, pero el resto está bien logrado. Todo está signado por aristas, desde el capot corto y lanzado hasta los cuatro guardabarros marcados por un quiebre en la chapa. Solamente sería interesante saber que función cumple el decorado azulado dentro de los faros delanteros.

Puertas adentro, todo está enfocado hacia la pantalla táctil de 7” que se establece justo en el centro del tablero con diseño simétrico. Hay un tratamiento bitono con la parte frontal clara, acentos cromados y algunos detalles interesantes como las gavetas que rodean la pantalla. Los plásticos son de calidad promedio para compactos made in Mercosur y el conjunto luce sólido, aunque las juntas dejan luces grandes, en algunos lados irregulares.

Tanto adelante como atrás el espacio es bueno, los asientos lucen algo chicos, pero son cómodos. El baúl ofrece 500 dm3, aunque nos llamó poderosamente la atención que la rueda de auxilio fuera temporal.

 

Comportamiento dinámico

El Prisma se desenvuelve bien en la ciudad, sin sentirse rápido tiene buena reacción en el tránsito apoyado por una caja de relaciones cortas y las suspensiones se sienten firmes, sin ser ásperas. La dirección está correctamente asistida, aunque el volante tiene poco grip necesitando ser agarrado con firmeza. La posición de manejo es buena, la pedalera está bien distribuida y el volante se regula en altura, al igual que la butaca, que en su posición más baja queda muy alta y la visibilidad es correcta.

Si intentamos ir más rápido, tenemos que escalar en el tacómetro por encima de los 3.000 giros, momento en que el motor empieza a vibrar un poco y a ponerse ruidoso. Lo mismo sucede en ruta donde supera ese registro para viajar a 120 km/h, aunque a esa velocidad aún se mantiene dentro de parámetros aceptables. Una 5º más larga sería ideal. Respecto del consumo, cuidando el pie derecho es correcto en ciudad y a velocidades legales de ruta se mantiene dentro de los 16 km/L.

Si bien se sintió algo molesto por los vientos cruzados del día de la prueba en ruta, va bien en rectas y curvas. A la hora de frenar fuerte, el sistema se siente potente y necesita alguna corrección menor ya que se mueve un poco de cola.

 

Conclusiones

El Prisma es una opción válida en un segmento superpoblado de modelos, inclusive dentro de la marca. Si lo que estás buscando es un Chevrolet pequeño y querés espacio, lo mejor es el Cobalt, pero si buscás un estilo más atractivo, entonces el Prisma es la opción. También hay muchas posibilidades de la competencia, aquí te dejamos el link a una de las tantas comparaciones que podés hacer con el Comparador de Autocosmos.

 

Hernando Calaza Fotos: Ezequiel Las Heras recomienda