La industria automotriz argentina tiene muchos íconos y vehículos destacados, pero uno de los más importantes es sin dudas el Renault 4, un hatchback que no solo innovó y revolucionó dentro de su formato, sino que también fue parte de la vida de muchos argentinos.
A continuación, mientras esperamos por la presentación de la nueva generación moderna del R4, te contamos la historia de este modelo en el mundo y en Argentina.
Renault 4: origen
Corría el año 1955, y el director general de la Régie Nationale des Usines Renault, Pierre Dreyfus, planteó la idea de crear un nuevo vehículo utilitario polivalente, que debía cumplir con los siguientes requisitos:
- Carrocería elevada
- Cuatro puertas
- Portón trasero con buena “boca de carga”
- Piso libre de obstáculos
- Suspensión confortable
- Buen agarre, entre otros.
Los primeros diseños aparecieron en 1957, y no tenían que ver con lo que fue el modelo final, pero luego de unos meses se comenzó el “desarrollo 350”, que luego se llamó “Proyecto 112”.
Ya en 1959, Robert Barthaud le dio el aspecto definitivo a este nuevo auto, y luego comenzaron las pruebas, que incluyeron cerca de tres millones de kilómetros en todo el mundo, incluyendo frio extremo, caminos en mal estado, desiertos, llanuras y más.
Renault 4: historia en el resto del mundo
Finalmente, el Renault 4 debutó en el Salón de Frankfurt en 1961, y un mes después estuvo presente en el Salón de París, donde, según afirma la marca, causó muy buenas impresiones, y ya contaba con cuatro versiones, pero además fue un modelo bastante "revolucionario".
El primer punto en el que “revolucionaba” el Renault 4 era que cambiaba el concepto de “todo atrás” que la marca venía siguiendo unos años antes, y que posicionaba el motor, la caja de cambios y la tracción en la parte posterior, y se pasó todo a la parte frontal.
El segundo punto en el que el Renault 4 “marcó tendencia” fue en la modularidad, ya que contaba con asientos traseros rebatibles y removibles, que permitían "jugar" con la capacidad de carga, y es un elemento que actualmente vemos en gran mayoría (por no decir todos) los vehículos.
Mecánicamente, el Renault 4 debutó con el motor “Billancourt”, que estaba acoplado a una caja manual de tres relaciones “al tablero”. El motor tenía dos variantes:
- 603 cm³ de 17 CV
- 747 cm³ de 24 CV
Luego de la presentación de la variante de pasajeros, llegó el Renault 4 Fourgonette, o como la conocemos criollamente en Argentina, la “Renoleta”, que era una versión furgón que podía cargar hasta 300 kg.
En 1962, el Renault 4 comenzó a venderse en Alemania, y un año después comenzó la producción en España, Portugal y Córdoba, Argentina, donde se produjo por casi 25 años.
El Renault 4 en Argentina
El Renault 4 se convirtió en el segundo modelo que se fabricó en la Fábrica Santa Isabel, en Córdoba, y llegó de la mano de Industrias Káiser Argentina S.A (IKA), con una producción que inició el 26 de septiembre de 1963.
El motor que usaron los primeros R4 argentinos fue el “Ventoux” de 845 cm3, que era la variante “deportiva” del Billancourt, y que era el mismo que tenían los Dauphine argentinos (a los que ya le dedicaremos otra nota). Al igual que en el modelo europeo, se mantuvo la transmisión de tres relaciones con la selectora en el tablero.
En 1964, se sumó la Furgoneta a la gama, que contaba con una caja de carga sin ventanillas a los costados, y luego llegó la variante “Break”, que tomaba ese formato y le sumaba ventanillas laterales y asientos traseros, mientras que los delanteros eran reclinables para facilitar el acceso.
En 1965, sucedieron varios hechos importantes para el Renault 4:
- pasó a llamarse “R4”
- toda la gama incorporó una caja manual de cuatro relaciones
- se sumó un sistema eléctrico de 12 Volts
Con el pasar de los años, la marca siguió sumando versiones del R4, incluyendo la ambulancia “4F” o las 100 unidades de la edición especial “Parisienne”, que contaba con elementos estéticos distintivos y solo se ofrecía en dos colores.
En 1969, Renault lanzó el R6, un modelo más grande que atentó contra la continuidad del R4, pero para evitar que eso pasara, la marca actualizó a su hatchback más chico con una nueva imagen compuesta por la parrilla apaisada que unía los faros, el por entonces nuevo logo de la marca, y un nuevo motor Cléon-Fonte de 1.0 L y 48 CV, y la caja pasó a tener la primera sincronizada.
La gama quedó compuesta por tres variantes, que se diferenciaban por algunos elementos estéticos, principalmente, y estas eran:
- 4L (base)
- 4S (más completo)
- 4F (furgón)
Con el correr de los años, se siguieron sumando variantes como “El Correcaminos”, que se diferenciaba por los faros auxiliares, las franjas decorativas y las llantas sin tazas.
En 1978, el Renault 4S se volvió a renovar (el 4L fue discontinuado en 1971), y contaba con una nueva parrilla de plástico en gris opaco, que hacía juego con las molduras laterales y los paragolpes, además de nuevas luces de posición y de giro rectangulares, espejo del lado del acompañante, nuevos tapizados, y cinturones de seguridad, entre otros.
Unos años después, más específicamente en 1984, el R4 recibió una de sus últimas actualizaciones, con nuevas versiones llamadas “4 GTL” y “4-F4”, que incorporaban un motor de 1.118 cm3 y 51 CV y muchos elementos mecánicos más.
Los últimos pasos del R4 en Argentina fueron luego de la llegada de la variante pick-up, que era importada desde Uruguay como kit CKD y se ensamblaba en Argentina en las instalaciones de Vefra (Vehículos Especiales de Fabricación Renault Argentina).
Finalmente, el 29 de diciembre de 1987, salió de la línea de producción el último R4 hecho en Argentina, dejando un legado de 157.315 unidades producidas y casi 25 años de fabricación ininterrumpida.
Por último, en la actualidad, estamos a la espera de la presentación de la nueva generación del Renault 4, que se presentará en el Salón de París de 2024 como un vehículo eléctrico que homenajeará muchos rasgos de su predecesor.
Y vos, ¿tuviste un R4 o tenés alguna anécdota con uno?
Primer Contacto con el Renault Kardian