Una semana atrás General Motors anunció que reiniciaría su producción en Estados Unidos el próximo lunes 18 de mayo. Sin embargo, el reconocido medio estadounidense The New York Times aseguró que desde el mes pasado la compañía ya tiene activa una de sus plantas. Se trata de la ubicada en Bedford, Indiana, donde se construye el chasis del nuevo Chevrolet Corvette C8 Stingray.
En el informe se señala que en el mencionado complejo se están dividiendo las tareas en tres turnos diarios. Las operaciones no son las habituales, ya que por turno sólo están trabajando 20 personas cuando en condiciones rutinarias serían 250. Además, los empleados allí presentes se "ofrecieron" (vaya a saber uno bajo qué condiciones) a realizar las labores, las cuales cumplen bajo estrictos controles de protección sanitaria.
Mientras que la planta donde se fabrica el Corvette en Kentucky sigue cerrada, la de Bedford, en la que se realizan los chasis del modelo, está abierta para ayudar a que la compañía no pierda más tiempo en la producción del C8, la cual ya estaba retrasada desde 2019 producto de diferencias entre empleados y empleadores que terminaron con una huelga.
Lo cierto es que hasta ahora General Motors sólo pudo vender 2.700 Corvette, cuando tiene una enorme demanda por cubrir.
Por otro lado, no sólo la planta de Bedford inició operaciones con premura, sino que también lo hicieron otras dos. Una es la de Arlington, Texas, con el fin de terminar de fabricar la generación actual de los Chevrolet Tahoe y Suburban, la GMC Yukon y la Cadillac Escalade. Una vez terminada la producción, el complejo rediseñará su infraestructura para retomar su actividad con los nuevos modelos del año próximo. La otra abierta es la de Lockport, Nueva York, en la que se construyen diversos componentes para los autos, como radiadores, condensadores, núcleos de calentadores y aires acondicionados.
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