Lo esencial es invisible para los ojos, decía El Principito, el personaje creado por Antoine de Saint-Exupéry. Y viendo lo que sucedió en la Fórmula 1 este fin de semana, no podemos más que acordar con el escritor francés.
Charaf-Eddin Ait-Tales, otro francés, es ciego desde los 20 años, pero nunca dejó de ser un fanático de la Máxima. Invitado por la organización al GP de España, Charaf no tenía idea de que había una sorpresa muy grande para él esperándolo en la pista.
Mientras le hacían una entrevista, el periodista cómplice le comentó que iba a ser parte del F1 Experience, un programa destinado normalmente a VIPs y personalidades destacadas. Charaf se subió así a un Minardi biplaza y pudó sentir en carne propia lo que tanto lo apasiona: una vuelta arriba de un Fórmula 1.
When a visually-impaired, lifelong #F1 fan gets to try it for real
— Formula 1 (@F1) 18. Mai 2018
A special day for us and a special day for @charafeddinF1@f1_experiences pic.twitter.com/x4UwiYPV7n
Charaf contó también que Michael Schumacher le sirvió de inspiración. "Cuando Schumacher se rompe las dos piernas en Silverstone 1997 yo me estaba quedando ciego. Después vo´vió más fuerte y ganador, ¿cómo no iba a poder hacer lo mismo yo?", contó en la entrevista. "Cuando veo F1, olvido que soy ciego", remató.
Una historia verdaderamente conmovedora, que pone en perspectiva cómo a veces, las cosas que nos gustan son mucho más que eso.
