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Test drive

Exclusivo: Probamos la Renault Alaskan antes de su llegada al país

La pick-up prima de la Nissan Frontier se fabricará en la nueva planta de la marca nipona en Córdoba.

Exclusivo: Probamos la Renault Alaskan antes de su llegada al país

Que las pick-ups están viviendo un gran momento como segmento no es novedad. Si vamos a los vehículos más vendidos del último mes en el país, dos pick-ups aparecen entre las 10 más vendidas, e incluso la Toyota Hilux aparece tercera.

En el caso de Renault, su modelo que probamos es la Alaskan, un modelo “sencillo” para la marca, que sólo tuvo que tomar la excelente base mecánica de la Nissan NP300 Frontier y construir sobre ella su propia identidad. Mismo proceso que llevó a cabo Mercedes-Benz con la nueva Clase X. Esos tres modelos se fabricarán en la planta que Nissan está armando en Córdoba.

El modelo del rombo tiene cambios estéticos exteriores mínimos, y los materiales interiores se sienten algo distinto. Hay algo más equipamiento y tecnología, pero poco más que eso. De costado, la silueta de la Alaskan es prácticamente idéntica a la Frontier, salvo por las llantas diamantadas de 18” y las barras superiores. Atrás, en tanto, las camionetas son iguales salvo por el diseño interior de los focos y las nervaduras en el portón.

Sólo en la parte de adelante Renault pudo hacer algo de trabajo propio al instalar una parrilla tridimensional con el diseño de la T chata, dominada por un gran rombo central. Paragolpes más angulosos y grupos ópticos con luces LED en forma de C también distinguen al modelo, mientras que el capó tiene más nervaduras que en la pick-up de Nissan.

A simple vista, considerando las pocas diferencias que hay, la Renault Alaskan parece ser más refinada que su prima japonesa, que mantiene una estampa de corte espartana y enfocada en el trabajo.

La identidad mecánica

Vamos a las medidas: 5.318 mm de largo, 1.850 mm de ancho, 1.860 mm de alto y 3.150 mm entre los ejes, con un despeje al piso de 255 mm. Si se compara con la Frontier es apenas 60 mm más larga, como consecuencia del frontal más angulado, que también afecta al ángulo de entrada, que es de 30º, tres menos que en la camioneta nipona. Listo. Todo el resto es idéntico, incluyendo los 2.600 kg de peso.

Ambas chatas están construidas sobre el excelente chasis en doble C con forma de escalera, que incluye como elemento distintivo una suspensión delantera de doble horquilla y la trasera multilink de cinco enlaces con eje rígido, una arquitectura que ha sido destacada por la mezcla perfecta entre aplomo y capacidad de amortiguación sin rebotes.

El motor es algo por lo que Renault se puede sentir orgulloso, ya que en este caso, fue la marca francesa la que se lo dio a la Frontier. Se trata de un turbodiésel de cuatro cilindros y 2.3 L nacido para las Kangoo, y que en este caso ofrece 158 CV y 403 Nm de torque entre las 1.500 y 2.500 rpm.

Cómo ya te habíamos adelantado, dependiendo del mercado la nueva Renault Alaskan se podrá ofrecer en modos de chasis corto y largo, angosto y ancho, con cabina simple o doble o chasis cabina. La oferta de motores implica tres opciones, una 2.5L nafta de 158 CV y 233 Nm y una diésel 2.3L con uno o dos turbos para entregar 160 CV y 403 Nm y 190 caballos y 450 Nm, respectivamente. Las transmisiones son manual o automática de 6 relaciones y hay opciones de tracción trasera o 4x4.

Resta saber cuáles vendrán a la Argentina, pero para eso falta un poco de tiempo.

Espartano pero cómodo

Los habitáculos de las pick-ups han evolucionado de manera importante en los últimos años. Se podría decir que la Volkswagen Amarok fue la que subió la vara con un interior que buscaba asimilarse a un SUV, y luego vino el resto. Si bien la Frontier es sumamente espartana, la configuración que le dio Renault a la Alaskan tiene un mejor look y un mejor tacto, pese a que el diseño es prácticamente idéntico.

Salvo por el logo central, ambos volantes multifunción son idénticos, como también lo son los marcadores. Lo mismo pasa con el sistema multimedia y el diseño del tablero. Lo que cambian, como dijimos, son los materiales, algo más refinados en la variante “francesa. El mayor equipamiento en la Alaskan también le da la sensación de ser un producto de más nivel.

Las variante de la Alaskan que pudimos probar ofrece sistema de encendido sin llave con botón, climatizador bizona, radio con pantalla de 5” y seis parlantes, puerto USB, bluetooth, control crucero, luces automáticas, sensores con cámara de retroceso, vidrios y espejos eléctricos y tapiz de cuero, entre lo principal.

En seguridad añade doble airbag frontal, frenos ABS con EBD, control de estabilidad, anclajes ISOFIX, asistente de arranque en pendiente y control de descenso.

Buen manejo

“Buen confort de marcha sobre malos caminos, y potencia de sobra para enfrentarse a las peores condiciones. Hasta nieve nos tocó, y la Alaskan se portó a la altura gracias a un sistema que tracciona de manera increíble, demostrando que la base de la Frontier sigue siendo de lo mejor que se ofrece en camionetas de una tonelada”, escribió nuestro colega Jorge Beher al probar la pick-up en un terreno off-road.

Lo que nosotros pudimos comprobar, en un manejo más orientado a la ciudad, es que la Alaskan tiene un tacto diferente a su prima, aunque sin saber si modificó la suspensión para mejorar su confort o no. Diría que es algo más agradable de manejar, especialmente muy cómoda para usarla sin carga en el día a día, ya que su arquitectura en el eje trasero reduce ostensiblemente los rebotes y aporta una mayor sensación de confort.

Obviamente, su gran tamaño repercute en un radio de giro gigantesco, por lo que cuesta desplazarse por lugares estrechos, y sus necesidades de espacio para estacionar son superiores a las que requieren muchas SUV de gran tamaño. De todos modos, la oferta espacio interior más capacidad de carga compensan ampliamente las molestias.

Asimismo, no es “bruta” en las primeras aceleraciones. Si bien tiene un muy buen torque en bajas vueltas y es capaz de empujar decididamente cuando uno se lo propone, es posible llevarla suavemente desde cero sin que moleste con los tirones propios de este tipo de vehículos.

La versión testeada tiene caja manual y es menos refinada que la automática, precisamente, porque el embrague corto tiende a pedir más aceleración. Sin embargo, uno puede llevarla a bajo régimen y en marcha medio/alta consiguiendo estupendos índices de consumo, en torno a los 10 L/100km.

En resumidas cuentas, podemos decir que la Alaskan es menos confortable que una Amarok, pero se siente igual de refinada en su interior, y es mejor y más robusta para el trabajo duro. Eso sí, un punto débil es su dirección, para nuestro gusto demasiado asistida, lo que le hace perder algo de esa conducción que la diferencia de otras pick-ups.

Conclusión

La Renault Alaskan es una pick-up probadamente buena, con capacidades que la distinguen de muchas de sus competidoras. Cuenta con un motor excepcional (aunque no el más potente) y un diseño mejorado respecto de la Frontier. Es confortable, agradable de usar a diario en la ciudad y con muy buenas capacidades en zonas de baja adherencia o de malas superficies. Tiene un buen equipamiento y se ve más que correcta en su interior, siendo una buena alternativa a algunas SUV.

A pesar de todo ello, el logo Renault es tal vez el principal obstáculo, porque la marca no tiene tradición de camionetas y cualquier persona que ande detrás de un buen producto, se puede comprar una Nissan a un precio algo menor. El trabajo de marketing que le espera a la marca no es poca cosa, y veremos cómo funciona en nuestro país a la espera de su llegada.

 

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