Ford Motor Company tomó una desición que desde el vamos traerá varios dolores de cabeza. Con el objetivo de mantener su rentabilidad, la empresa con sede en EE.UU. decidió despedir a una décima parte de su plantel en todo el mundo, es decir, un total de 20.000 trabajadores se quedarán sin empleo por medio de jubilaciones forzadas o finalización de contratos. La medida alcanzará a las regiones norteamericanas y de Asia-Pacífico.
En este ajuste no estarían incluidos los empleados de desarrollo de productos, ensamble y la división de crédito interno. Sin lugar a dudas, esto es un golpe fortísimo para la industria en general y para Ford en particular, pero sobre todo, para el sector más vulnerable de la economía, que son sus trabajadores.
Desde la empresa explican que el objetivo es elevar su beneficio a USD 9.000 millones para fin de año (lo que es USD 1.400 millones menos que en 2016) a costa de reducción de personal. Las acciones de Ford han caído un 40% desde la llegada de Mark Fields como CEO en 2014, y como siempre sucede, la variable de ajuste son los trabajadores.