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Test drive

Prueba nuevo Toyota Etios

Manejamos la nueva esperanza del coloso japonés en el segmento más importante del país.

Prueba nuevo Toyota Etios

Cuando una marca decide ingresar en un segmento ya desarrollado tiene dos opciones, hacer algo radical o simplemente lanzar un producto correcto e ir ganándose su reputación. Conociendo la perseverancia de los nipones, Toyota optó por el segundo camino, ingresando al mundo de los compactos vernáculos con el Etios, un vehículo sencillo e ideal para los usuarios racionales que buscan la indestructibilidad de la marca y su excelente servicio posventa.

Mecánica y seguridad

Como ya comentamos, el Etios no viene a revolucionar el segmento, aportando medidas exteriores compactas, techo alto para un interior espacioso y mecánica simple. Las suspensiones son las clásicas McPherson adelante y de brazos arrastrados con barra de torsión atrás. El motor es un pequeño 1.5L 16V desarrollado en Japón para que sea duro, económico y cumpla con las normas anticontaminación Euro 5, que entrega las nada despreciables cifras de 90 CV y 132 Nm.

Respecto de la seguridad, toda la gama ofrece doble airbag frontal y ABS, aunque presenta típicos faltantes de los compactos made in Mercosur como fijaciones ISOFIX y apoyacabezas y cinturón de tres puntos en la plaza central trasera. Por otro lado, el trabajo de la estructura se mostró bueno alcanzando 4 Estrellas en las pruebas de choque realizadas por LatinNCAP.

 

Diseño

Mirando la carrocería del Etios es fácil darse cuenta de que la elección será racional y de hombres o mujeres que ya pasaron la edad en la que necesitan un auto para pavonearse. No estamos diciendo que sea feo, pero luce como un compacto oriental de los 90s, especialmente en el frente con faros que no se propagan por los laterales como sucede en casi todo modelo actual.

En el caso del hatchback, el resto de la silueta luce bien, con cierto aire a los Nissan Micra de antaño, sumando algunas líneas de tensión en el lateral. El sedán es menos agraciado, pero a cambio ofrece un inmenso baúl de 562 litros. Rematan unos gruesos frisos cromados presentes en las versiones XLS, como las probadas en esta nota.

 

Interior

Puertas adentro el nuevo Etios luce simple y espacioso, con un estilo que –nuevamente- recuerda a modelos de los 90s. Puntualmente estamos hablando del cuadro de instrumentos corrido al centro del tablero, que gracias a sus dos medidores grandes es fácil de visualizar (más el velocímetro que el tacómetro). Además de los dos relojes, el cuadro de instrumentos solo suma un micro display que informa nivel de combustible y odómetros (total y parciales A y B).

Respecto de la calidad, hay una combinación de plásticos y juntas no muy logrados, con otros que lucen realmente sólidos y estrechamente unidos entre sí. Los detalles indican que es un vehículo pensado para ser fácil y económico de producir, como el tirador para abrir el capot, aunque para Argentina se decidieron hacer un par de mejoras incluyendo el inmenso decorado en negro piano, la sección en símil carbono y el volante en cuero de aro anatómico. Además, las bocas de aireación desplazadas al costado permiten que el aire fresco llegue a la cara sin congelarnos las manos.

Un aspecto a destacar es el espacio en las plazas traseras, especialmente en el hatch cuyo techo plano habilita buen despeje para las cabezas. Aprovechando la cabina alta, hay espacio para las piernas y rodillas de una persona de 1.75 metros sentada detrás de otra de la misma altura.

En la parte de equipamiento contamos con lo necesario, sin elementos superfluos. Además de los elementos de seguridad, hay un estéreo con conexión USB, pero sin Bluetooth, cuya pantalla es muy pequeña e imposible de leer con sol, pero de estilo atractivo y fácil de operar. Lo único que llama la atención es que los espejos sean de regulación manual aún en la versión más equipada, que cuenta con cuatro levantacristales eléctricos, llantas de aleación y rompenieblas, entre otros.

 

Comportamiento dinámico

El cuadro de instrumentos corrido habilita un volante pequeño que se puede usar bien bajo, algo que permite una posición de manejo relajada. La dirección solo cuenta con regulación en altura y el asiento está muy alto (no se puede regular en este aspecto) dejando los parasoles en el campo visual de alguien que mida 1.75 metros o más. Una vez acostumbrados a esto, la altura permite un buen paneo de las inmediaciones y los espejos grandes facilitan el retroceso.

Puesto en marcha, se destaca el muy buen empuje y elasticidad del 1.5L que es ayudado por una caja de relaciones cortas y el bajo peso del modelo. El trabajo de las suspensiones está enfocado al confort, no hace gran gala de gran refinamiento, pero pasa muy bien sobre las irregularidades de nuestros demacrados asfaltos, mostrando también la rigidez de la estructura.

Saliendo a la ruta, la caja corta hace que el motor trabaje a 3.500 rpm a 120 km/h de velocímetro. Aunque se siente algo exigido, recién a 130 km/h el rumor mecánico se hace notar en la cabina sumando algo de zumbido aerodinámico. La contracara es el buen poder de reacción aún en 5º.

En recta se siente correctamente plantado y en curvones el rolido es muy marcado. La dirección tiene un tacto artificial y es lenta para volver al centro, pero es ligera en ciudad y se endurece en ruta; la selectora es corta y precisa, y la pedalera está bien distribuida.

 

Conclusiones

Volviendo al principio de esta nota, el Etios demostró que es un auto para un usuario típico de Toyota: racional, que busca desplazarse de forma segura y confortable, y sin necesidad de llamar la atención o “pistear”. Además, uno de sus mayores atractivos no es el modelo en sí, sino la experiencia completa que incluye la confianza en la fiabilidad de Toyota y de su servicio de posventa, que promete ser mucho mejor a lo ofrecido por cualquier marca generalista en el segmento.

Si lo que buscas es un auto para vos y la familia, que te de la tranquilidad de ser simple, seguro y bien atendido, entonces el Etios es una opción razonable.

Toyota Etios a fondo

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