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Test drive

Prueba BMW 320d, elegante, rápido y eficiente

¿Alcanzará la perfección la variante diésel del nuevo Serie 3?

Prueba BMW 320d, elegante, rápido y eficiente

En Autocosmos tuvimos oportunidad de manejar el nuevo Serie 3 en su presentación internacional realizada en Barcelona a fines de 2011 y luego volvimos a manejarlo con la prueba al 335iA en 2012. Ahora nos subimos a la versión 320d que sorprende en todos los aspectos, siendo tan económica como veloz.

 

Técnica y mecánica

La sexta generación del BMW Serie 3 continúa con el planteo mecánico que hizo famosa a la marca y a este sedán, motor delantero longitudinal y tracción trasera. El impulsor va bien atrasado respecto de las ruedas frontales y la caja prácticamente entre las dos butacas delanteras para conseguir un reparto de pesos ideal entre ejes.

En el caso del 320d la potencia llega de un 2.0L 16V turbodiésel con lo último en tecnología para lograr 184 CV y 379 Nm constantes entre 1.750 y 2.750 rpm. La potencia es absorbida por una caja automática de 8 velocidades y se suman sistemas como el Stop & Start y recuperación de energía de frenado para bajar aún más el consumo de combustible.

Las suspensiones son independientes en las cuatro ruedas, McPherson adelante y multibrazo atrás. Tirándonos al piso pudimos apreciar el trabajo aerodinámico con carenado del piso e inclusive de los brazos de suspensión posteriores.

 

Diseño

Luego de basar su diseño en el lenguaje llamado Flame Surfacing, con un estilo más techno para toda la gama, la casa bávara comenzó a migrar hacia trazos más sinuosos y sensuales. El nuevo Serie 3 es un buen ejemplo, con un estilo limpio, que recuerda al Serie 5, pero sumando más deportividad.

Las principales claves de diseño están en su nuevo frontal que se curva sobre el extremo entregando una trompa baja con aires de coupé. Acompañan los faros alargados que ya no están separados del clásico doble riñón, sino que se amalgaman a la parrilla mediante una sección cromada, siguiendo la nueva tendencia estrenada por el concept i8.

En el lateral tenemos los clásicos guardabarros frontales sobresalientes y dos sutiles líneas de tensión en la cintura y el zócalo. Finalmente, la retaguardia es la que más recuerda al Serie 5, con luces alargadas que lo hacen lucir más bajo y ancho, reforzando la imagen de auto premium y deportivo.

 

Interior

El 320d viene en nivel Luxury y esto se nota al entrar a la cabina donde se respira un aire de elegancia moderna. El tablero combina materiales de gran calidad, perfecta ejecución, iluminación ambiental regulable, finos decorados con sutiles acentos cromados y apliques en madera marrón no muy oscura. El diseño del tablero sigue siendo de corte techno, pero ahora hay más gracia en el flujo de líneas.

A partir de la existencia del Serie 1, el 3 dejó de ocupar el lugar de auto más chico de BMW y la marca le permitió crecer. Esto se nota en las medidas exteriores que crecen 95 mm a lo largo y 50 mm entre los ejes habilitando amplio espacio para dos adultos en los asientos posteriores. La plaza central sigue siendo privativa para niños ya que el túnel de transmisión roba bastante espacio para las piernas.

Respecto del equipamiento, es de alto vuelo, con todas las amenities imaginadas en un auto verdaderamente premium, al que se suma la pantalla central de grandes dimensiones que se controla mediante una versión mejorada y mucho más fácil de usar del iDrive.

 

Economía y deportividad

El nuevo Serie 3 tiene tres modalidades de conducción, Eco Pro, Normal y Sport. En la primera, el 320d “setea” todo para que consuma lo menos posible, desde el aire acondicionado hasta la respuesta del acelerador. En esta modalidad, la caja busca el cambio más alto posible y la reacción al pie derecho es hasta lenta para un auto como este. A cambio, en las pruebas urbanas nos devolvió un ponderable consumo urbano que ronda los 6.8 L/100km.

Usando el modo Normal no se sienten muchas diferencias, pero cuando colocamos el modo Sport, Mr. Hide se muestra, la dirección se endurece, los cambios se pasan a más vueltas y la respuesta al acelerador es adictivamente instantánea. Para resaltar el aspecto deportivo, la pantalla puede mostrarnos en tiempo real la potencia y el torque que está desplegando el 2.0 TD.

 

Comportamiento dinámico

Sin dudas una de las partes más importantes en un BMW. Una vez colocada D con la palanca joystick (siempre vuelve al punto central), el 320d se mueve como por arte de magia, con el menor ruido diésel posible, sin sonidos de resbalado del convertidor de par y sin que podamos darnos cuenta que la caja está pasando constantemente entre los 8 cambios posibles.

A pesar de tratarse de un sedán de corte deportivo, el Serie 3 aprovecha el perfecto balance de pesos para entregar suspensiones confortables, al punto que pasa sobre empedrados casi sin inmutarse, inclusive rodando sobre duros neumáticos RunFlat. Solo cuando los lomos de burro o badenes son muy pronunciados, la carrocería se hamaca por demás pudiendo inclusive hacer golpear la trompa contra el asfalto.

La posición de manejo parece inicialmente extraña y los espejos exteriores bastantes mezquinos, pero a las pocas horas de estar conduciéndolo por la ciudad, el 320d y su conductor ya son uno. El cuadro de instrumentos como siempre es de lectura ultra fácil, aunque a esta altura del partido ya peca de espartano y no le vendría mal algo más que un fondo negro y dos biseles para tacómetro y velocímetro.

Aprovechando el gran torque y la cantidad de cambios, en ruta pide solo 2.000 rpm para viajar a 130 km/h (126 reales) mientras que el consumo se mantiene reducido a solo 5.0 L/100 km. Si decidimos pisar el acelerador a fondo, simplemente rebaja la cantidad de cambios que necesite y empieza a proyectarse hacia el horizonte con un empuje tan constante que parece provenir de un cohete.

A cualquier velocidad la estabilidad es perfecta y solo llama la atención que el ruido aerodinámico sea pronunciado, aunque también puede que sea más notorio porque casi no se escuchan ruidos de las cubiertas, ni del motor.

En curvas cerradas, el 320d gira con perfecto balance y una sutil tendencia al subviraje que puede corregirse fácilmente. Se pueden desconectar los controles de tracción, pero es mejor no tentar al destino ya que, teniendo en cuenta la cantidad de torque disponible, los conductores normales podemos terminar en un vergonzoso –o peligroso- trompo.

 

Conclusiones

El nuevo Serie 3 es simplemente magnífico, y no solo porque es un BMW, sino porque hace casi todo bien y algunas cosas mejor. Es lindo y su imagen tiene deportividad y estatus. Su interior nos hace sentir que estamos en un auténtico premium, incluyendo el equipamiento. Dinámicamente es confortable en ciudad, estable en ruta y divertido en curva. Finalmente, en esta versión 320d tiene toda la tecnología para ser rápido y pedir muy poco gasoil a cambio.

Hernando Calaza / Fotos: Ezequiel Las Heras recomienda