Pekín restringirá las emisiones de los automóviles para reducir en un 40 por ciento la contaminación procedente de los vehículos, uno de los factores en los inauditos niveles de polución que afectan la ciudad en los últimos tiempos.
Esta medida se suma a otras recientes, como la retirada de la circulación de 180.000 vehículos obsoletos.
Pekín es la primera ciudad que ha introducido la quinta fase de regularización de los estándares de emisión de monóxido de carbono de los automóviles. La iniciativa -todavía un proyecto piloto- es un intento de mejorar la calidad del aire de la capital.
El nuevo "estándar V de emisiones" se asemeja al "Euro V estándar", aplicado en Europa, y puede instalarse en los automóviles que aún no hayan recibido número de matrícula.
Las ventas de vehículos, tanto nafteros como diesel, que no puedan integrar este sistema quedarán prohibidas a partir de marzo.
Se espera que, pese a todo, el número total de automóviles en Pekín, con una población de más de 20 millones de personas, alcance los 6 millones en 2015.
Las emisiones de monóxido de los automóviles suponen el 58 % del total en la ciudad, así como el 22,2 % de la concentración final de partículas PM2-5, aquellas cuyo diámetro es inferior a las 2.5 micras, especialmente peligrosas porque pueden infiltrarse en los pulmones o el flujo sanguíneo.
A principios de enero la concentración de estas partículas alcanzó los 993 microgramos por metro cúbico de aire, casi 40 veces más que el máximo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera aceptable, 25 microgramos por metro cúbico.
La espesa neblina que cubre a intervalos Pekín ha despertado la preocupación de los ciudadanos, y es frecuente ver viandantes, ciclistas y motoristas protegidos por mascarillas.
