“Tenemos buenas expectativas. Me siento bien”. Marcos Patronelli, el gran referente en la clase cuatriciclos del Dakar, inicia el diálogo con CORSA de esta manera. Sus palabras suenan un poco a revancha ya que después de ser segundo en 2009 y ganar en 2010, tuvo una edición 2011 desastrosa que lo dejó con las ganas de llegar a la meta.
En la víspera de la carrera de este año sufrió un fuerte accidente mientras entrenaba y eso llegó a poner en duda su participación. Pero se recuperó y se le animó la prueba con el único objetivo de acompañar a su hermano Alejandro, quien finalmente se quedó con el triunfo.
“Desde principio de años fuimos trabajando en la preparación de este Dakar”, agregó Marcos. “Pero en los últimos cuatro meses comenzamos con el desarrollo de los cuatri y nuestro entrenamiento”, afirmó.
Como en los últimos años, los hermanos Patronelli usarán los Yamaha Raptor. “Los cuatriciclos son prácticamente los mismos que en 2011, aunque tienen algunas pequeñas modificaciones. Pero ya todos soben que el Raptor es un caño”, explicó con entusiasmo.
Como el resto de los participantes, Patronelli tiene mucha incertidumbre por las última parte de la prueba que se realizará en Perú. “Hablan que hay mucha arena y muchas dunas y que es muy similar a Egipto. Esperemos llegar ahí. Tenemos que ir tranquilos. Llegar es lo más importante”, dijo.
Por último, tiró una frase que refleja la dureza de esta competencia: “En un Dakar no podés augurar un resultado. Me fue muy bien y me fue muy mal. Por eso que venga lo que se venga… hay que ir para adelante”.
Patronelli al habla