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La Limusina presidencial de Barack Obama, un acorazado con clase

Cadillac continúa siendo el proveedor oficial del auto del primer mandatorio norteamericano, basado en un CTS

La Limusina presidencial de Barack Obama, un acorazado con clase

Desde principios del siglo pasado con la presidencia de Woodrow Wilson, se comenzó a gestar una relación entre los mandatarios de Estados Unidos con la marca Cadillac. Distintos modelos han pasado desde aquellas épocas marcadas por evoluciones de diseño y equipo, pero sobre todo en materia de seguridad.

El Cadillac de Barack Obama engaña a la vista ya que debajo del corte lujoso de la marca se encuentra un acorazado o tanque, por ello no es una exageración el sobrenombre del auto, que es “la bestia”. El desarrollo del auto fue realizado por General Motors, dándole una apariencia entre CTS y Escalade.

Al interior, de lo poco que se informa -por la obviedad de seguridad que debe tener este auto, cuenta con terminados artesanales para las vestiduras y asientos, mismos que se adaptan a la forma del cuerpo del ocupante.

Pero donde comienza la parte interesante es en el aspecto de seguridad ya que cuenta con un chasis y carrocería reforzados con cinco pulgadas de acero, además de cubrir las partes vitales de la suspensión, parte baja y tanque de combustible que se ubica en la parte trasera.

Los neumáticos son de kevlar reforzado, que si se ven vulneradas por alguna explosión dejan al descubierto unos “subneumáticos” de acero montados sobre la llanta con las cuales puede seguir circulando. Las puertas cuentan con capas de acero y vidrios de ocho pulgadas de grosor.


Las defensas internas incluyen cámaras de visión nocturna y escopetas laterales. Por dentro es un auténtico bunker para el presidente, ya que aloja oxigeno y comunicación vía satélite con línea directa con el vicepresidente y el Pentágono. Además, cuenta con suministros de plasma sanguíneo del propio Obama por si se llegara a necesitar.

Otro punto a destacar es el habitáculo del conductor, el cual es independiente al que viaja el presidente. El piloto de la limusina cuenta con entrenamiento de la CIA para manejo extremo, además de adiestramiento militar y armas que le acompañan.

"La Bestia" ofrece una aceleración de 0 a 100 en 15 segundos gracias a su mecánica turbodiesel y una velocidad máxima de 120Km/h, por lo cual sería interesante saber cuánto pesa.