BMW y la División de lujo de Toyota, Lexus, que lidian con una segunda caída anual en las ventas de autos de lujos en los EE.UU., están tratando detener la lealtad a la marca promoviendo los modelos usados.
Estas empresas están alentando a compradores golpeados por la recesión a ahorrar dinero con vehículos renovados tras el vencimiento de sus alquileres de largo plazo. Con márgenes cercanos a los de los autos nuevos, estas ventas también ayudan a apuntalar las ganancias de las concesionarias.
Las ventas en los EE.UU., de los automóviles de lujo certificados de segunda mano aumentaron 4,7%, de enero a agosto, a contramano de la caída del 31% para modelos de lujo nuevos. Las ventas de usados de BMW, Lexus y Mercedes treparon 14 por ciento.
Al apoyar estos negocios, los fabricantes de automóviles de lujo ayudan a impulsar el tráfico en las concesionarias sin poner en riesgo su estatus de alta categoría apelando a reembolsos para estimular las ventas de autos nuevos.