A principios de los años 80´s Mazda fabricó un auto de competición de alto rendimiento con el firme objetivo de participar en las 24 Horas de Le Mans. Pasó el tiempo y el desarrollo del mismo culminó con el 787B un prototipo que ofrecía 700 Hp con un motor Wankel de 4 rotores que ofrecían un torque de 608 Nm.
El 787B se enfrentó a los mejores de la época y les ganó, para crear un pedazo de historia de la marca al ser la única empresa japonesa que ha ganado la famosa competencia y con un motor de este tipo. Posteriormente se prohibió el motor rotativo a fines del ´91 y el auto se fue al museo de Mazda en Hiroshima, Japón.
Casi dos décadas después Mazda vuelve a sentirse atraída por la competición de resistencia, además de que las carreras son el mejor banco de pruebas para los autos de calle. Por ello la extraña nave espacial con ruedas denominada Furai (que significa sonido del viento) se apunta como el modelo que busque quitarles el protagonismo al Audi R15 y al Peugeot HDI.
Técnicamente este auto ya ha participado, pero con carrocería y chasis de la francesa Courage C65, con el motor Wankel de tres rotores. La adaptación del Furai al chasis y motor no deberían tener mayores reparos para cumplir las especificaciones de la Le Mans Series.
El peculiar auto es capaz de generar 9000 RPM, gracias a sus 450 caballos generados por el triple rotor del motor Wankel, cuenta con caja secuencial con cambios al volante, una máxima de 270 km/h y una aceleración hasta los 100 km en apenas 4 segundos. Esto genera la duda si podrá contra los monstruos que participan en el serial, pero recordemos que este auto es más ligero y ágil.
Otro punto a su favor es economía de combustible ya que el motor Wankel es más eficiente, además de poder usar como combustible bioetanol.
Pasando al ámbito de autos de serie, imaginemos vehículos que aprovechen el desarrollo en pista del motor rotativo como lo es el RX-8, serían sin duda competidores del mismísimo Nissan GTR.
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