Estaba anunciado que para el GP de Malasia la lluvia estaría presente y no cualquier lluvia ya que desde la semana previa se habían vivido auténticos diluvios con las demás categorías de soporte.
En las primeras prácticas de la F1 las escuderías pudieron probar en seco y nuevamente el Brown GP fue quien puso las condiciones, sus resultados lo volvieron a colocar en la Pole a Button.
En la largada el piloto inglés perdió tres posiciones, en tanto que Alonso y Rosberg tenían un gran inicio. Mientras tanto Barrichello, que arrancaba de la parte media debido a su penalización por el cambio de caja de velocidades, también se acercaba a los primeros puestos.
Rosberg y Trulli perdieron sus posiciones de punto en contra de Jenson al realizar sus paradas en pits mientras que el novel equipo mostraba que su coche es el más constante al mantener buena velocidad con carga de combustible. Luego de esta situación Button comenzó a sacar ventajas.
La lluvia era inminente con un cielo totalmente gris y negro por lo que las estrategias y errores se comenzaron a dar como en Ferrari quienes metieron a Kimi a pits para ponerle neumáticos de lluvia extrema, lo que hubiera sido bueno si la lluvia ya hubiera estado en el circuito pero no fue así hasta 6 vueltas después, lo que causó que el finlandés se retrasara hasta la quinceava posición y se quedara sin gomas.
Los pilotos siguieron sólo unos momentos en pista luego de que cambiaron a compuestos de piso mojado pero la lluvia inundó rápidamente la pista lo que causó la entrada a la pista del auto insignia y posteriormente la cancelación de la carrera tomando las posiciones de dos vueltas anteriores en el clasificador por lo que Button sin problemas sumó su segunda victoria, seguido de Heidfeld y Timo Glock.
Es un hecho que no hubiera existido problemas para una carrera normal si no se hubiera recorrido el horario del GP como en el caso de Australia, la poca visibilidad y la lluvia hacían imposible que se reanudara la carrera. Parece que los dirigentes de la F1 buscan acostumbrarnos paulatinamente a carreras nocturnas (.) un agridulce Gran Premio.
En una semana se llevará a juicio la legalidad de los alerones de Williams, Brawn y Toyota, y en caso de que se declaren fuera de reglamento le quitarían los puntos a las tres escuderías.
