Viéndolo exteriormente, posee una carrocería hecha de aluminio tanto en su parte delantera como central y acero en su parte trasera. Trae faros de xenón dobles con nuevo diseño y luz de marcha diurna con tecnología LED´s.
Las llantas son de 18 pulgadas fabricadas en aluminio y calza neumáticos 245/40.
Si hablamos del interior, el Audi TT-S tiene unos asientos deportivos, con calefacción incorporada, tapizados en una combinación de Alcántara y cuero.
El color de los mismos es opcional para generar el contraste, a gusto del consumidor, con elementos como los instrumentos, que viene en tonos grises y plateados, y el tablero en color negro.
En este tipo de vehículos el baúl es un tema problemático. En el descapotable hay una apertura opcional, que en combinación con un saco portaesquíes, consigue aumentar la capacidad del baúl hasta los 250 litros.
Para el caso de la coupé se puede abatir en dos partes la banqueta trasera para incrementar la capacidad de 290 a 700 litros.
Debajo del capot trae un motor TFSI de 1.984 cc y cuatro cilindros que combina la inyección directa y un torbocompresor.
El Audi TT-S eroga una potencia máxima de 272 Cv y su par motor es de 350 Nm. Acelera de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos y desarrolla una velocidad final de 250 km/h.
Se puede elegir entre el cambio manual de seis marchas o el automático secuencial de doble embrague, éste último conocido antes como DSG y ahora denominado S-Tronic. Los cambios se controlan mediante levas integradas detrás del volante.
Viene de serie con tracción a las cuatro ruedas y un sistema de amortiguación adaptativo, llamado Audi Magnetic Ride, que ofrece dos opciones de conducción: el modo Normal, para una conducción más confortable, y el modo Sport, que automáticamente rebaja la altura de la carrocería 10 mm.
